Se recetan medicamentos para controlar  la maduración de los óvulos y así poder recolectar más cantidad. Para monitorear el desarrollo de los óvulos, se hacen exámenes de ultrasonido en los ovarios (un método indoloro para obtener imágenes de los folículos en crecimiento que contienen los óvulos) y la medición de los niveles de hormonas en sangre. Luego, se aplica una inyección de hormona HCG para provocar la maduración final de los huevos.

La recolección de los óvulos la realiza un endocrinólogo especialista en reproducción asistida, utilizando una aguja que es  guiada por imagen ecográfica, este es un procedimiento que se realiza con una sedación baja .

El esperma de la pareja o del donante es cuidadosamente preparado en los laboratorios para el procedimiento. Con ello un embriólogo coloca los espermatozoides directamente en cada óvulo.

Los espermatozoides y los óvulos se colocan en incubadoras y se examinan cuidadosamente  para asegurarse de que se hayan producido la fertilización, después de lo cual los óvulos fertilizados se conocen como embriones.

Después de dos a seis días de la extracción del óvulo, los embriones están listos para ser colocados en el útero de la mujer. Se introducen en el útero muy suavemente a través de un catéter  guiado por una imagen ecográfica. Para finalizar se realizan análisis de sangre y ecografías para determinar si el embarazo se ha conseguido con éxito.