La obesidad previa al embarazo empeora los resultados perinatales tanto de la madre como del feto y podría ocasionar malformaciones cardiacas y esqueléticas en el feto. Además, la grasa acumulada impide que la ecografía muestre una buena imagen.

Por este motivo, el diagnóstico de malformaciones es más complicado, porque no siempre es posible detectarlo en la ecografía.

En la madre, por su parte, la obesidad se relaciona con hipertensión, diabetes, parto prematuro, muerte fetal, y con otras muchas patologías.

Para evitar estas complicaciones, se recomienda que las mujeres que ya tienen problemas de obesidad antes del embarazo acudan a la visita preconcepcional desde el momento en que decidan embarazarse, lo anterior con el objetivo de planificar, y que la salud materna se encuentre en las mejores condiciones posibles.